Aprende a limpiar correctamente tu cara

En este artículo encontrarás:
El rostro es, sin duda, la parte más visible del cuerpo y su piel una de las más vulnerables a los agentes externos. Si queremos mantener una dermis en perfecto estado es necesario introducir una serie de hábitos en su cuidado.
Hoy nos centramos en la limpieza de la cara, que es el primer paso y el más importante para lograr un buen aspecto. Es fundamental introducir la rutina del lavado por la mañana y por la noche y realizarlo de manera diaria.
Además, hay que tener en cuenta que existen productos específicos para cada tipo de piel que son los que se deben incorporar a esta rutinas.
Por la mañana, nada más levantarte, debes retirar las impurezas y grasa que tu rostro ha acumulado en las horas de sueño con un agua de limpieza, gel, jabón suave o una leche limpiadora. Aplica siempre el producto de una forma suave, con pequeños toques sobre la cara, para evitar posibles irritaciones.
Según el producto elegido, acaba el proceso de limpieza con un aclarado a base de agua tibia o con un tónico apropiado para tu piel que elimine los restos de la leche limpiadora. Si optas por el agua, evita que la temperatura sea alta, ya que reseca la piel. La dermis siempre va a recibirla mejor si es tibia o templada, incluso fría, lo que activará la circulación sanguínea.

Antes de acostarte, debes limpiar siempre la cara. El maquillaje y la suciedad del entorno que acumula tu rostro a lo largo del día resulta fatal para la piel. Los poros acumulan suciedad y la grasa se acumula.
Debes escoger el producto que más le convenga a tu tipo de piel: una leche limpiadora específica, un gel limpiador o un agua desmaquillante. Aplica los productos y retíralos con un tónico impregnado en bolitas de algodón o agua. Debes asegurarte de que el rostro quede siempre bien limpio, sin restos de ningún tipo. Después, seca tu cara con una toalla limpia y de forma suave, sin ‘rascar’ la piel.
Es muy importante que no te saltes esta rutina nunca. Si cumples estos pasos día a día, la apariencia de tu piel irá mejorando y con ella tu bienestar.

Exfoliación y mascarillas
En estos importantísimos hábitos de limpieza de la piel del rostro debes incluir un exfoliante, al menos una vez a la semana. Se trata de productos destinados a eliminar las células muertas que se acumulan y , además, contribuyen a que los poros se mantengan cerrados y, por tanto, a que luzcas una piel más lisa y tersa.
Otro de los productos que debes incluir en tu manual de limpieza son las mascarillas faciales. Su gran ventaja es la limpieza en profundidad. Se debe escoger la que se adapte a nuestro tipo de piel aplicar con el rostro bien limpio y evitar el contorno de ojos, dejándola actuar el tiempo indicado en el producto, que suele rondar los 10 ó 15 minutos. Pasado ese tiempo, se retira con agua. Se puede hacer con una buena ducha y secando la cara con una toalla suave y limpia.
Tanto la exfoliación como la mascarilla se pueden elaborar con productos caseros, combinando varios alimentos y obteniendo, de esta manera, una mezcla que suele resultar más económica y , sobre todo, más natural. La variedad es muy amplia y escoger la mas adecuada dependerá siempre del tipo de piel que se tenga.

Cuidados para piel grasa
Si la piel de tu rostro tiene tendencia grasa, los hábitos descritos también debes seguirlos, utilizando productos de limpieza específicos para este tipo de dermis.
También debes saber que el exceso de limpieza provoca irritación y la piel puede reaccionar produciendo más sebo, lo que agravaría el problema.
Recuerda, además, que tienes que evitar tocarte los granitos y la piel, ya que puedes añadirle más grasa y acentuar el problema.